10 de septiembre de 2010
Este llamado fue recibido el día 1ro de septiembre de 2010
Hora inicio: 6:43 PM
Concluido: 7:07 PM.
A ti querido México, escucha este segundo llamado, para que no te siga revolcando contra el mal que te castiga.
Hasta cuando ustedes pondrán un alto a esta fuerte ola de violencia que envuelve este hermoso País, si le he dado grandes oportunidades de reinvidicarse y cada vez más están peor, a caso la señal que le envío y le es enviado o otros países tan cerca de ustedes no bastan, para que ustedes, tomen conciencia, no provoquen mi ira, pues no es lo más sabio provocarme, a tal magnitud, de que no sea yo Jesús de Nasarez, y sea mi padre Dios Omnipotente, quien ya no aguante la soberbia de ustedes, y ni yo, pueda detener su gran enojo y esto le cueste un gran sacudión, en el cual perecerán miles y miles, y ya no habrá vuelta a tras, entonces luego espero no ser juzgado por los grandes teóricos del mundo; Acaso Dios existe?, acaso es justo, eso no es cosa de Dios, entonces Dios esta de acuerdo con las muertes trágicas, con la destrucción del mundo y entonces si eso es de Dios, en quien se puede creer, otros un poquito más temeroso claman ¡Dios mío!, por que me paso esto a mi, por que a mis hijos, y ahora que hago ayúdame, a conseguir una nueva casa, un mejor empleo, entre otras tantas cosas del mundo, pero tampoco dicen Señor Jesús, ten piedad de mi y perdóname por no haberte tenido en cuenta y te prometo que a partir de ahora deseo, ser un nuevo ser humano, ayúdame, para poder ayudar a los que están peor que yo, y entonces de que juzgarme ¿Ahora yo pregunto? ¿Quienes son ustedes y con que autoridad, ustedes acaban lo que mi padre Dios todopoderoso, a creado y le da la oportunidad en esta tierra, la cual es de transito y si mi padre, dio la vida, por que ustedes que son hombres destruyen lo que el ha creado, quitándose la vida como manada de animales que van a las carnicerías y no es digna la comparación, por que estos son sacrificados para alimentar a ustedes mismos, que en su gran mayorías viven para comer, ósea, no comen para vivir, de igual forma viven peleándose por los grandes interese materiales del mundo y por su propio ego del yo soy, destruyen los bosques, los ríos y arroyos, lo explotan al máximo deforma tal que agotan cada día más la calidad de vida, entonces de que ustedes se quejan si para ustedes los grandes dioses del universos que no son más que hombres de carne y huesos se empeñan en autodestruirse, hasta ya no poder, entonces que hago yo, que soy un padre justo, dejarlo a su libre albedrío, para que sean ustedes quienes decidan su final, pues yo como un buen padre si ustedes me han de aceptar y seguirme, siempre estaré, ahí, para perdonarle.
Ahora que conste y quede claro yo salvo y salvare a todos aquellos que con humildad siguen mi llamado. Y la maldad de ustedes los malvados nunca podrán vencer ha mis seguidores.
Licda. Ivelisse Estevez de Peña.
Licda. Ivelisse Estevez de Peña.
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